El dolor provocado por una hernia discal cervical suele tratarse con medidas no quirúrgicas. Los tratamientos iniciales pueden incluir un breve período de reposo, analgésicos y fisioterapia para mejorar la fuerza, la flexibilidad y la postura del cuello.

Modificación de la actividad

Dormir boca arriba podría aliviar dolor del cuello para algunas personas.

Una hernia discal cervical suele ser más dolorosa cuando aparece por primera vez o durante las reagudizaciones intermitentes, como cuando se realiza alguna actividad. Si el dolor de cuello es intenso o se irradia al brazo o la mano, se aconseja un breve período de reposo o la modificación de la actividad. Estos son algunos posibles ejemplos:

  • Abstenerse de actividades extenuantes, como el trabajo físico o la práctica de deportes
  • Evitar movimientos específicos que empeoren el dolor, como girar la cabeza hacia un lado
  • Modificar la postura al dormir, por ejemplo, cambiando la almohada o durmiendo boca arriba en lugar de hacerlo de lado o boca abajo

El reposo suele ayudar a que una hernia discal cervical sea menos dolorosa. A medida que disminuye el dolor, pueden volver a aumentarse los niveles de actividad.

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Medicamentos

Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) ayudan a reducir la inflamación del organismo. Debido a que algunos de los peores dolores causados por una hernia discal provienen de la inflamación de las raíces nerviosas y otros tejidos. Los AINE de venta libre (Advil, Aleve, Motrin) suelen ser los primeros medicamentos que se recomiendan.

Si los medicamentos de venta sin receta no alivian suficientemente el dolor, el médico puede recetar otros analgésicos a corto plazo. Algunos ejemplos son los AINE de venta con receta, los relajantes musculares o los esteroides orales. Debido al mayor riesgo de efectos secundarios peligrosos, los analgésicos recetados tienden a utilizarse solo a corto plazo, por ejemplo, durante brotes especialmente intensos o durante una o dos semanas.

Fisioterapia

Fortalecer y estirar el cuello puede ayudar a que se vuelva más resistente al dolor. Algunos ejercicios, como las flexiones de mentón, también pueden ayudar a que la cabeza y el cuello mantengan una mejor postura. Si los músculos del cuello están debilitados, es más probable que el paciente posicione la cabeza hacia delante y experimente dolor de cuello. En cambio, cuando la cabeza se mantiene en una alineación neutra con las orejas directamente por encima de los hombros, se ejerce menos tensión sobre la columna cervical y sus discos.

Un fisioterapeuta u otro profesional médico puede diseñar un programa de fisioterapia para satisfacer las necesidades específicas del paciente. Por ejemplo, es posible que deba modificar algunos ejercicios o estiramientos para reducir el dolor o centrarse en determinados músculos. Con el tiempo, la mayoría de los pacientes pueden seguir haciendo ejercicios y estiramientos en casa para mantener la fuerza y la flexibilidad del cuello a largo plazo.

Ver Ejercicios para el dolor de cuello

Inyecciones

Una inyección epidural de esteroides cervical puede aliviar dolor por reducir inflamación.

Si los medicamentos orales y la fisioterapia no alivian suficientemente el dolor de una hernia discal cervical, puede considerarse la posibilidad de aplicar inyecciones terapéuticas. La mayoría de las inyecciones para el dolor de cuello se realizan mediante fluoroscopia (rayos X) y un medio de contraste para visualizar la ubicación exacta de la aguja en la columna vertebral. El objetivo de una inyección para una hernia discal cervical es colocar el medicamento directamente donde debe estar sin dañar ninguna estructura crítica de la columna vertebral, como las raíces nerviosas, los vasos sanguíneos o la médula espinal. Estas son las dos inyecciones comunes para las hernias discales cervicales:

  • Inyección epidural cervical de esteroides. Se inyecta una solución de esteroides en el espacio epidural (capa externa del canal raquídeo) para reducir la inflamación. Esta inyección es, por lejos, la más utilizada para las hernias discales.
  • Inyección selectiva en la raíz nerviosa. Se inyecta una solución de esteroides y anestésico cerca del nervio espinal cuando sale por el agujero intervertebral. Esta inyección también se utiliza para ayudar a diagnosticar qué raíz nerviosa puede estar causando dolor.

Muchas personas manifestaron haber experimentado al menos cierto alivio del dolor con las inyecciones para una hernia discal cervical. Es posible que se produzcan complicaciones raras, pero graves, por lo que se aconseja consultar al médico sobre los posibles beneficios y riesgos.

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Otros tratamientos no quirúrgicos

Los masajes alivian tensión en los músculos y dolor en los puntos de activación del cuello.

Muchos otros tratamientos pueden proporcionar cierto alivio de una hernia discal cervical, tales como:

  • Terapia con hielo o calor. La aplicación de hielo durante 15 o 20 minutos seguidos puede ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor. Para algunas personas, la aplicación de calor durante 15 o 20 minutos seguidos también supone un alivio. Tanto si se aplica hielo como calor, hay que dejar pasar dos horas entre cada aplicación para reducir el riesgo de dañar la piel.
  • Tracción cervical. Se sujeta un dispositivo mecánico a la cabeza y se utiliza para levantar y estirar suavemente la columna cervical. El objetivo es reducir la presión sobre los discos y las raíces nerviosas. Algunas personas experimentan alivio del dolor durante la tracción, pero otras no. Si la tracción proporciona alivio, algunos pacientes pueden optar por un dispositivo casero para realizar el tratamiento por su cuenta.
  • Terapia de masajes. Un masaje suave puede proporcionar cierto alivio al ayudar a aflojar los músculos, aumentar el flujo sanguíneo y promover la relajación. Si el masaje empeora el dolor, interrúmpalo de inmediato.

También existen otros tratamientos para el dolor de hernia discal cervical que pueden aliviar a algunas personas, como la terapia de estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS), la acupuntura y la meditación consciente, entre otros. Es posible que sea necesario probar y equivocarse antes de encontrar la combinación de tratamientos que proporcione el mayor alivio. Si los déficits neurológicos siguen empeorando, como el aumento del entumecimiento o la debilidad del brazo, puede considerarse la posibilidad de una intervención quirúrgica.

Dr. Richard Staehler is a physiatrist at the NeuroSpine Center of Wisconsin. He has more than 20 years of experience providing non-surgical treatment for spine pain.

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